Eran las 6 de la mañana y aun no lograba conciliar el sueño, era una de esas noches en las cuales el reloj suelta sus arenas sobre tus ojos, los cuales arden en el fuego del tiempo y el sueño se aleja de tus narices... Morfeo en un lado de la pieza, sentado me observaba, llevaba su túnica negra y las zapatillas deportivas por si me levantaba y queria alcanzarlo, en el techo un bebé me miraba al mas puro estilo transpoitting, y yo, en mi lecho, aun sin poder dormir, miraba para ambos lados y afuera la noche desaparecia y daba espacio al alba.
Me di vuelta, a ver si de esa manera el sueño llegaba a mi, pero no, aun seguia pensando en mis aventuras, en retos fantasticos.... MALDITO INSOMNIO, maldita sea gritaba mi cabeza y mis manos recogian el celular para ver la hora, 6 y 15 minutos. No puedo dormir, no puedo dormir, no puedo dormir... Maldije nuevamente las oscuras paredes de mi habitación, mi cama, mi colchón, mis ropajes, mi mundo, el tiempo que no se detenia... ¡MALDITO MORFEO! grite con todas mis fuerzas, pero el seguia ahi, impavido, sentado aun en su silla celestial, no emitia ninguna palabra... eso me volvia aun mas loco, de lo que me tenia el solo hecho de querer dormir, en el techo el bebé aun me miraba... No sabia si me perturbaba mas el bebé, morfeo o las mariposas que revoloteaban por encima de mi cabeza.
Levante la vista, mientras mis ojos se abrian. Habia despertado, aun estaba sentado en la orilla de la pieza blanca, sedado y con mi camisa, este es el constante de mis noches, aun soy preso de mi propia locura y de mis propios demonios.